No todo es lo que parece...o queremos ver.

13 de diciembre de 2019
Un hombre está parado en una escalera frente a una gran oreja.

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13/12/2019 por Manuel Noriega B.

No todo es lo que parece...o queremos ver.

Una persona acude a consulta porque se siente muy

desmotivada y con mucha ansiedad y angustia.

Esta persona no logró establecer una pareja estable en su
vida; no tuvo hijos, no realizó los estudios que hubiera deseado y no consiguió
un trabajo parecido siquiera a lo que le hubiese gustado.

Sus explicaciones conscientes del porqué, por ejemplo, no
logró establecer pareja son del tipo "he tenido mala suerte con los
hombres". Poco a poco, y con el trabajo de cada sesión, va tomando
conciencia de que, en realidad, no estableció pareja ni nada de lo
anteriormente citado, no por las explicaciones conscientes que se dio a sí
misma para justificar lo que le pasaba en su vida, sino porque estaba
obedeciendo el discurso para el que, desde su infancia, la habían preparado y
cuyo fin no era otro que el de acabar cuidando de sus padres.

Por supuesto, la paciente, necesitó un tiempo (cada persona
tiene su momento evolutivo) para hacerse consciente de lo que en realidad
pasaba y poder así tomar las riendas de su vida al fin.

Os imagináis que esta persona, dependiendo de donde acudiera
a por ayuda, podría hacer sido tratada solo con fármacos (antidepresivos o
benzodiacepinas); o podría haber sido tratado con una evaluación,
conceptualización de caso e intervención para su "conducta problema de
ansiedad"; o algún entrenador personal le indicaría directamente la
solución porque él tiene el saber.

¿Es en realidad un problema de ansiedad el de esta persona o
es algo mucho más profundo? ¿Basta con mirar solo el síntoma o hay que buscar
las causas profundas que siempre son diferentes de un caso a otro?

Ahí dejo la reflexión que, dese luego, implica lo que está
ocurriendo actualmente con ciertos enfoques que reciben mucho apoyo y que
corresponden a un discurso que no beneficia al ser humano sino a
otros..."beneficios".

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Un hombre está escribiendo en un portapapeles mientras una mujer está acostada en un sofá.
7 de diciembre de 2020
En situaciones excepcionales como son los confinamientos que lamentablemente estamos viviendo, como cuando el paciente es de otra ciudad o situaciones parecidas, es lógico hacer terapia online o a distancia mediante las diferentes plataformas que se ofrecen.Pero, una terapia online, nunca podrá sustituir a la presencial en el despacho o consulta. Ese lugar, que se le ofrece al sujeto, es un lugar para él, para su palabra, para que resignifique su vida, para su expresión más auténtica. Además, solo presencialmente, hay verdadero contacto y escucha de ciertas interacciones, favorecedoras de la transferencia entre las dos personas que allí están. El auge de lo online entra dentro del discurso dominante hoy de los expertos; del pensar que siempre hay un experto para absolutamente todo (pensamiento que procede del discurso cientificista dominante para el que el sujeto individual no existe, el que el caso por caso no importa ya que son técnicas estandarizadas para todos). Lo mismo se busca como el "experto" te enseña a cambiar una bombilla en YouTube que se busca un psicólogo que me aplique la última técnica y me elimine el sintoma molesto sin pensar que si no ves de donde viene no vas a eliminar nada. Solo lo presencial permite el verdadero contacto y expresión humano. Ya tenemos bastante distancia sin besos, ni abrazos y últimamente sin hablar, amen de los móviles, etc. como para que añadamos mas.
Un cartel amarillo con una calavera y una máscara de gas.
8 de septiembre de 2020
Se lee a menudo, sobre todo en las redes sociales, quehay que alejarse todo lo que uno pueda de las emociones negativas, tanto de lasque produce uno mismo (lo llaman emociones y actitudes “tóxicas”) como de las personas del entorno cercano que lasexpresan (a estas personas se las llama directamente “tóxicas”).Esto anterior tiene muchas repercusiones a nivel psicológicoque no voy a comentar en este artículo. Por ejemplo, el tachar al otro de “tóxico”produce el efecto inmediato de que “yo no lo soy”. En este escrito, por tanto, si haré mención de que laexpresión de las emociones consideradas “negativas” es importantísimo para unabuena salud psicológica y física. Enprimer lugar, el considerar la ira, la tristeza, etc. como emociones negativases un profundo e inmenso error. Para empezar, estas emociones, no nos hubieranacompañado en el largo proceso evolutivo del ser humano si no hubierandemostrado la valía de su función. Son emociones importantísimas que debemosexpresar poniéndoles palabras.Numerosos estudios ponen en evidencia que lo que sedenomina “afecto negativo bajo” junto con el “afecto positivo alto” en unadeterminada persona, correlacionan fuertemente con algunos tipos de cáncer comoel de mama y los melanomas.El afecto negativo bajo es la no expresión de lasemociones negativas, mientras el afecto positivo alto es la expresión de laspositivas. Es decir, una persona que no expresa las emociones negativas (lasreprime) y siempre expresa solamente las positivas, quizá para salvaguardar suimagen de “no tóxica”, estaría produciendo daño a su cuerpo.Decía Francoise Doltó, psicoanalista francesa, que “loque la boca no habla, el cuerpo lo acaba gritando”. Manuel Noriega Borrachero, Psicólogo y Psicoanalista.www.manuelnoriegapsicologo.com
5 de diciembre de 2019
Mi primera entradaMi primera entrada