En situaciones excepcionales como son los confinamientos que lamentablemente estamos viviendo, como cuando el paciente es de otra ciudad o situaciones parecidas, es lógico hacer terapia online o a distancia mediante las diferentes plataformas que se ofrecen.
Pero, una terapia online, nunca podrá sustituir a la presencial en el despacho o consulta. Ese lugar, que se le ofrece al sujeto, es un lugar para él, para su palabra, para que resignifique su vida, para su expresión más auténtica. Además, solo presencialmente, hay verdadero contacto y escucha de ciertas interacciones, favorecedoras de la transferencia entre las dos personas que allí están.
El auge de lo online entra dentro del discurso dominante hoy de los expertos; del pensar que siempre hay un experto para absolutamente todo (pensamiento que procede del discurso cientificista dominante para el que el sujeto individual no existe, el que el caso por caso no importa ya que son técnicas estandarizadas para todos).
Lo mismo se busca como el "experto" te enseña a cambiar una bombilla en YouTube que se busca un psicólogo que me aplique la última técnica y me elimine el sintoma molesto sin pensar que si no ves de donde viene no vas a eliminar nada.
Solo lo presencial permite el verdadero contacto y expresión humano. Ya tenemos bastante distancia sin besos, ni abrazos y últimamente sin hablar, amen de los móviles, etc. como para que añadamos mas.